sábado, 22 de mayo de 2010

Música.





Escuchaba un piano de fondo mientras iba escribiendo su historia en el ordenador. Viendo la escena de lejos pareciera que el mismo fuera el creador de tan bella música; cada palabra una nota, cada nota una palabra...
Tal vez es que en realidad todo cuento o relato cuenta con su propia melodía

miércoles, 5 de mayo de 2010

Dicen que la esperanza es verde.




El hombre sin ilusiones acudió al hospital, su último recurso, su última via de escape. Quería dejar de sufrir, de agonizar como el sediento que no encuentra agua, como el viajero sin camino que recorrer...Dejar de buscar aquello que tanto quiso y que el destino nunca le concedió.


Por eso depositó sus esperanzas en una caja de cristal. Decidió que ya había sufrido demasiado. Su vida se componia de retales de decepción, sueños rotos, sueños frágiles que se le escapaban de las manos.

Ilusiones perdidas.

"Solo quería encontrarlo: encontrar aquello que me hiciese feliz..
Maldito el día en el que me di cuenta que la vida no es más que un sin sentido de casualidades. Que nada esta escrito, a diferéncia de los cuentos. Que el destino no es más que una creación nuestra, surgida del deseo de la existencia de una norma que rija el Universo.
¡Tantas lágrimas derramadas en vano! Las heridas se abren, las cicatrices se estrían, crecen, y consumen todo el interior de mi ser.

Dicen que la esperanza es
verde...Pero, vaya donde vaya, sólo veo las abominables creaciones del hombre; un mundo gris, un mundo hecho sin vida.

¿Acaso cree que yo no preferiría que el mundo fuese predecible? Pero nada es seguro, nada esta por una razón, nada tiene sentido.
¿Y que mas da, entonces, si deseo extirpar de mi cuerpo el tumor que me atormenta?
Por todo eso le ruego que me extirpe las esperanzas, Doctor.

Y así estaré en consonancia con el mundo"

martes, 4 de mayo de 2010

autorretrato: infancia


La pequeña va de un lado a otro con la mochila cargada a la espalda, con la mirada perdida y ausente en algún rincón lejano de aquel mundo que le tocó vivir.
Su cuerpo vive; nota como sus pies pisan la calzada de la calle, huele el humo de los coches, oye el ruido incesante del caos de la ciudad...pero no esta allí. Nunca. Duerme con los ojos abiertos, vive en el mundo que ella misma creó y del cual ahora ya no puede escapar. Prisionera de sí misma. Nunca aprendió a tratar con otros. Nunca creyó posible que alguna de aquellas personas que pasaban delante suyo sin tan siquiera mirarla detuviera sus pasos y quisiera saber; saber quién es la pequeña de la mochila que con mirada perdida y ausente observa sin observar sus zapatos azules.