-Espero.
-¿A tus padres?
-No lo recuerdo.
-¿Como que no lo recuerdas? ¡Menuda niña más despistada! Seguro que tus pobres padres te están buscando, o quizás es que te has portado mal y te han castigado, qué sé yo. ¿No te da miedo estar casi oscuras aquí sola?
-No recuerdo no haber estado sola, no puedo tener miedo si no conozco nada más.
¿Es usted feliz?
¿Es usted feliz?
-¿Cómo?
-Quiero saber si hay alguien que sea realmente feliz.
-(algo perplejo) ¿Qué quieres decir con ese realmente feliz? Uno es feliz o no lo es, no hay más. Yo no es que pueda quejarme, todo se ha de decir, tengo un buen trabajo, no es que sea un trabajo fascinante pero me da para vivir en una casa lo suficientemente grande para mí solo, y hasta me puedo permitir los domingos fumar algún puro de importación y tomar una copita de Whisky del bueno.
-(ojos abiertos) ¿Whisky?
-(hablando enfadado en voz baja consigo mismo con la cabeza gacha) Muy bien, Juan, hablando de alcohol a los niños, estupendo... (dirigiéndose a ella) Eh, nada, hija, nada que deba interesarte por ahora.
-(ojos abiertos) ¿Whisky?
-(hablando enfadado en voz baja consigo mismo con la cabeza gacha) Muy bien, Juan, hablando de alcohol a los niños, estupendo... (dirigiéndose a ella) Eh, nada, hija, nada que deba interesarte por ahora.
-La palabra es graciosa.
-(en voz baja) Sí, humor irlandés...
-Pero por lo que me ha dicho no es feliz.
-¡Oye, que yo no he dicho que no lo sea en ningún momento!
-Pero no lo niega.
-(en voz baja) Sí, humor irlandés...
-Pero por lo que me ha dicho no es feliz.
-¡Oye, que yo no he dicho que no lo sea en ningún momento!
-Pero no lo niega.
(silencio)
-(suspira) Alguien tan pequeño no debería hablar de estas cosas. Supongo que llevas un buen rato aquí sola sin hacer nada y para no aburrirte te haces preguntas. No es bueno que los niños piensen en cosas de este tipo.
-(suspira) Alguien tan pequeño no debería hablar de estas cosas. Supongo que llevas un buen rato aquí sola sin hacer nada y para no aburrirte te haces preguntas. No es bueno que los niños piensen en cosas de este tipo.
-Me gusta hacer preguntas.
-¿Y siempre preguntas a desconocidos?
-Usted es la primera persona en mi vida a la que pregunto algo.
-Eso es completamente imposible y, además, si fuera verdad no podías saber si te gustaba hacer preguntas, que yo tengo estudios, jovencita, y sé lo que es una falacia. (pausa, duda) Más o menos.
-Lo acabo de descubrir ¿Qué diferencia hay? Si lo sé ahora lo único que cambia es eso, no el hecho de que me gustara o no.
-No pareces una niña hablando de esta forma.
-Tal vez se deba a que nunca juego con otros niños.
-¿Ves? Ahí está el error ¿Y no te aburres? A mí de crío me encantaba dar brincos por ahí, estaba hecho todo un pillo. ¡La de broncas que me caían por ello! (se ríe) Los niños han de jugar con otros niños, caramba.
-(sorprendida) ¿Se enfadaban con usted por ser niño?
-Bueno, los niños también han de ser obedientes y disciplinados; obedecer en todo a los padres. Es así, han de prepararse para lo que les espera de grandes.
-Yo ya espero.
-(tono socarrón) Sí, pero no estarás esperando a crecer, ¿no?
-Simplemente espero.
-¿Pero a algo o alguien?
-Algo o alguien ¿qué más da? (aire absorto)
-(Mosqueado) ¡Qué niña más misteriosa eres!
-No puedo decirle lo que no sé, existo en el misterio, no fue una elección, y si lo fue, no puedo recordarlo, era muy pequeña.
-(tono burlón) Más pequeña aún querrás decir, ¿no?
-Quiero decir lo que digo, porqué si quiero decirlo lo digo.
-¡Anda que menudo trabalenguas es este que me acabas de soltar! (mirándola pensativo) No estarás intentando tomando el pelo con todos estos cuentos, ¿no? Porque más te vale que no sea así (alza una ceja)
-¿Usted siente o asiente?
-¿No has oído mi pregunta?
-Una pregunta siempre lleva a otra pregunta.
¿Usted siente o asiente?
-Tal vez se deba a que nunca juego con otros niños.
-¿Ves? Ahí está el error ¿Y no te aburres? A mí de crío me encantaba dar brincos por ahí, estaba hecho todo un pillo. ¡La de broncas que me caían por ello! (se ríe) Los niños han de jugar con otros niños, caramba.
-(sorprendida) ¿Se enfadaban con usted por ser niño?
-Bueno, los niños también han de ser obedientes y disciplinados; obedecer en todo a los padres. Es así, han de prepararse para lo que les espera de grandes.
-Yo ya espero.
-(tono socarrón) Sí, pero no estarás esperando a crecer, ¿no?
-Simplemente espero.
-¿Pero a algo o alguien?
-Algo o alguien ¿qué más da? (aire absorto)
-(Mosqueado) ¡Qué niña más misteriosa eres!
-No puedo decirle lo que no sé, existo en el misterio, no fue una elección, y si lo fue, no puedo recordarlo, era muy pequeña.
-(tono burlón) Más pequeña aún querrás decir, ¿no?
-Quiero decir lo que digo, porqué si quiero decirlo lo digo.
-¡Anda que menudo trabalenguas es este que me acabas de soltar! (mirándola pensativo) No estarás intentando tomando el pelo con todos estos cuentos, ¿no? Porque más te vale que no sea así (alza una ceja)
-¿Usted siente o asiente?
-¿No has oído mi pregunta?
-Una pregunta siempre lleva a otra pregunta.
¿Usted siente o asiente?
-¿Te estás burlando de mí, insolente?
-ya veo que usted ni siente ni asiente, simplemente no contesta.
-(abre los ojos incrédulo)¡Habrase he visto! ¡Menuda niña maleducada esta!
-(absorta en sus pensamientos) Una vez soñé que habían libélulas volando encima de una laguna: eran de colores tan vivos que resplandecían y pintaban el agua con su reflejo.
-¿Y ahora por qué diablos me cuentas esto? (a sí mismo) No sé porqué me dejo engatusar de esta manera tan tonta por una niña... hay que ver Juán, se nota que ya estás mayor... (suspira)
-(mirándole directamente a los ojos) Gracias.
-(sorprendido) ¿Por qué me das las gracias?
-Usted ha hablado conmigo, y es el primero que lo ha hecho. Mucha gente pasa delante mío pero nadie se ha detenido nunca, ni siquiera me han regalado un vistazo, ningún ademán de haber recaído en mi presencia. (con mirada llorosa) Pensaba que ya no era ni estaba. (se tapa el rostro con las manos)
-(emocionado) Venga, no llores...
-¿Se acordará de mí?
-¿Cómo?
-Prométame que no se olvidará de mí, por favor.
(silencio)
-¿Cómo te llamas?
-Janina.
-ya veo que usted ni siente ni asiente, simplemente no contesta.
-(abre los ojos incrédulo)¡Habrase he visto! ¡Menuda niña maleducada esta!
-(absorta en sus pensamientos) Una vez soñé que habían libélulas volando encima de una laguna: eran de colores tan vivos que resplandecían y pintaban el agua con su reflejo.
-¿Y ahora por qué diablos me cuentas esto? (a sí mismo) No sé porqué me dejo engatusar de esta manera tan tonta por una niña... hay que ver Juán, se nota que ya estás mayor... (suspira)
-(mirándole directamente a los ojos) Gracias.
-(sorprendido) ¿Por qué me das las gracias?
-Usted ha hablado conmigo, y es el primero que lo ha hecho. Mucha gente pasa delante mío pero nadie se ha detenido nunca, ni siquiera me han regalado un vistazo, ningún ademán de haber recaído en mi presencia. (con mirada llorosa) Pensaba que ya no era ni estaba. (se tapa el rostro con las manos)
-(emocionado) Venga, no llores...
-¿Se acordará de mí?
-¿Cómo?
-Prométame que no se olvidará de mí, por favor.
(silencio)
-¿Cómo te llamas?
-Janina.