jueves, 20 de septiembre de 2012
Era alérgica al semen. No contaré cuando fue el momento concreto en que se dio cuenta de este hecho para no caer en asuntos morbosos, más que nada. Ciertamente aquello era toda una mala suerte. Una mala suerte dolorosa. En contacto con la sustancia blancuzca se le enrojecía la piel y le salían unas desagradables manchas bulbosas. La irritación se le pasaba en una o dos horas, en las que ponía todo su esfuerzo en no rascarse. La picazón era tan inaguantable que a veces se le saltaban las lágrimas. Fue una desgracia que pereciera en aquel bukkake.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Automatismo, da-da
La carcoma avariciosa.
No me supliques más finales imposibles. Los días ya se esfumaron en aquella neblina oscura del teatro cerrado. La noche no desencadenó ningún nuevo amanecer de nuevos amaneceres. Si las verdades murieron en tarros de cristal, clasificados al fondo de un armario de la despensa, no hay verde que valga. Ni niña ni adulta. Tú saltaste el abismo.
Pequeña, me impides crecer. Créeme si te revelo que es eso lo que tanto ansío. Albergan esperanzas hasta los mutilados de encontrar el Todo. Yo, mientras, me entretengo desordenando el orden de las frases. Nomás se silencia lo pronunciado, ado, ado -eco-. Primero fue el final, después llegó la partícula de luz que se ensancha al Ojo. Intolerancia a lo blanco. Cuchillas en el estómago. ¿Así se siente una vida aquí dentro? Milenios de infortunio infértil alteran la percepción. Los gestos nunca estuvieron en el mismo sitio. ¿Cuando acabará esta locura despedazada?
No me supliques más finales imposibles. Los días ya se esfumaron en aquella neblina oscura del teatro cerrado. La noche no desencadenó ningún nuevo amanecer de nuevos amaneceres. Si las verdades murieron en tarros de cristal, clasificados al fondo de un armario de la despensa, no hay verde que valga. Ni niña ni adulta. Tú saltaste el abismo.
Pequeña, me impides crecer. Créeme si te revelo que es eso lo que tanto ansío. Albergan esperanzas hasta los mutilados de encontrar el Todo. Yo, mientras, me entretengo desordenando el orden de las frases. Nomás se silencia lo pronunciado, ado, ado -eco-. Primero fue el final, después llegó la partícula de luz que se ensancha al Ojo. Intolerancia a lo blanco. Cuchillas en el estómago. ¿Así se siente una vida aquí dentro? Milenios de infortunio infértil alteran la percepción. Los gestos nunca estuvieron en el mismo sitio. ¿Cuando acabará esta locura despedazada?
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